Hoy la
Iglesia celebra la memoria litúrgica de San Ignacio de Loyola, el santo de la compañía
de Jesús y que tanto bien le ha hecho a la Iglesia universal. Tenemos un Papa
Jesuita.
Íñigo López Sánchez, quien adoptaría el nombre de Ignacio,
nació en 1491 en España. La primera parte de su vida
transcurre como militar, Herido en 1521 por una
bala de cañón cuando defendía la fortaleza de Pamplona, fue llevado al castillo
de su familia y se sometió a dolorosas cirugías debido a la fractura de una
pierna.
Durante su convalecencia, al no encontrar libros de
caballería se dedicó a leer una vida de Cristo y las vidas de los santos que le
ayudaron en su proceso de conversión. Inicia
sus estudios en teología donde reúne a los primeros compañeros para fundar así
la Orden Religiosa de la Compañía de Jesús.
Recibiendo
la aprobación en 1540 como orden de la Iglesia Católica por parte del papa
Paulo III. Para leer más acerca de su vida puede entrar aquí: http://www.sjloyola.org
Al respecto, merece poder ver la película: “Ignacio de Loyola”. La cual es producida por la Jesuit Communications
Foundation de Filipinas.
“Ignacio de Loyola” narra la vida de un joven
soldado, Íñigo, que se vio obligado a renunciar a su
carrera militar tras resultar herido en batalla. Postrado en cama y
dedicado a nuevas lecturas, lo que se presentaba entonces como una
desgracia se tornó en un deseo ardiente de convertirse
en santo. Desde entonces, el joven y pasional Loyola se encontrará inmerso en una nueva batalla: deberá enfrentarse
con la incredulidad, experimentará el rechazo de sus más allegados y
descubrirá la necesidad de luchar, por encima de todo,
contra sí mismo. (http://jesucristoenelcine.blogspot.com/2017/06/estreno-de-ignacio-de-loyola-soldado.html)