Casualmente, ayer asistí a la tercera Consagración Sacerdotal, de un
total de cinco que están pautadas para antes que termine el año litúrgico actual.
En ellas se ha derramado la Gracia santificante de nuestro Señor Jesucristo,
Sumo y Eterno Sacerdote. José Antonio Barboza, recibió la imposición de manos y
oración consecratoria de Mons. Ubaldo Santana Sequera, nuestro Arzobispo
metropolitano.
Durante la homilía, Monseñor hablaba al Ordenando, diciendo que la evangelización
es pronta, que los días y la sociedad han cambiado mucho y que hay muchos
ciegos, lisiados, encarcelados y hambrientos a los que él, en la persona de
Cristo tendrá que atender como el padre de familia que se levanta cada día para
ir al trabajo y traer de comer a sus hijos. Hoy te hago padre de familia, para
que lleves de comer al hambriento, de
beber al sediento, hospedaje al forastero, ropa al desnudo, salud al enfermo y
visitar al encarcelado. Sé un sacerdote pronto a la evangelización, con un
ardiente celo por el reino de Dios. Que no te llegue el día del juicio personal
y tus parroquianos te lleguen diciendo, Padre José estoy ciego ya nunca
estuviste para darme la vista, estoy muerto de sed porque nunca me diste de
beber, enfermo y nunca me sanaste. ¡Pobre de ti José, pobre de nosotros
sacerdotes! Si nos llega ese momento y no hemos hecho nada.
Oren por nosotros que nos estamos formando, para que seamos pastores
según el corazón de Cristo. Feliz Día del Señor…