Así como cuando no tengo nada que decirte y una
lluvia de palabras, frases y recuerdos invaden mi mente.
Así como cuando me siento solo y abandonado en medio
de mis tormentas de cuestionamientos, tú eres la barca segura y confortable que
no me deja jamás.
Así como cuando creo que esta realidad vivida es un
sin sentido, tu eres el sentido de todo lo vivido.
Eres tu Señor Jesús, el sentido de esta vida, la
barca que nos saca de este mar de lágrimas, la palabra oportuna en tiempo de
tanto silencio.
Eres el grito de seguridad que anuncia la Buena
Nueva, tu eres la Buena Nueva, nos contagias tu alegría y como luz segura se
propaga y alumbra como estrellas en una noche sin luna.