Lo que Jesús nos enseña, nos manda a contarlo y
predicarlo a todos. Es una noticia que como candelero no se puede ocultar bajo
la mesa; como la sal, debe de esparcirse para dar sabor y gusto a la humanidad.
Dios es amor, es una noticia que agrada y da ánimo,
alegra al corazón, da vida a la esperanza lúgubre. Este tipo de noticia de vemos
gritarlas y proclamarlas a muchos. Ahora las noticias que arden como sal en una
herida, no porque sean malas, sino porque su contenido es una verdad que perturba,
inquieta y molesta, estas también se deben dar y decir. ¡No podemos ser duales,
de altibajos o de medias tintas!
El mismo Jesucristo en su discurso del “Pan de Vida”
al decir que su cuerpo y su sangre es verdadera bebida y alimento de salvación,
se encontró con que muchos se asombraron y tildaron de carnívoros, más el Señor
no se retracta y reta a marcharse a sus discípulos.
Hermanos, ante la verdad no existe medias tintas,
pero si la caridad quela envuelve y adorna su belleza.
Feliz día.