Creo que la
grandeza del ser humano es hoy más visible que nunca –y naturalmente también su
posible caída-. Porque cuanto más grande es la criatura, más amenazada está. Y a
medida que aumentan sus capacidades, sus fuerzas y su poder, mayores son las
posibles amenazas inherentes a esa situación. Un mosquito puede hacer lo que
está dentro de él, ni más ni menos. Pero la persona, con la humanidad, tiene en
sus manos todas las capacidades que alberga el ser humano. Eso lo capacita, en
definitiva, para desplegar modos de destrucción que ningún otro ser vivo lleva
en su seno.
Joseph Ratzinger, Dios y el
mundo. Una conversación con Peter Seewald. P.111
Pues si hermanos, somos muy capaces
de hacer todo lo que se nos ocurra. Nuestra “humanidad” alberga senderos
infinitos que quizá ya hemos surcado, pero que aún no llegamos a las fronteras
de nuestras capacidades. Redescubramos nuestra bondad, ingenio y capacidad de
crear para el bien.
Seamos humanos y aboguemos por lo
que significa tal responsabilidad.