Ante
la decisión del Papa Benedicto XVI al anunciarnos que ya no tiene fuerzas para
ejercer adecuadamente el ministerio petrino, aparte del asombro y la
incertidumbre inicial que nos ha embargado, sólo queda hacer vida en nosotros
la fuerza de la fe. Y es que citando al autor de la carta a los Hebreos, en su
capitulo once (11), Por esta fe fueron
alabados nuestros mayores, no nos queda mas que abandonarnos en la garantía de lo que se espera. Y el
Santo Padre nos ha dado muestra de que es uno de Nuestros Mayores.
El
Papa Benedicto XVI nos ha preparado muy bien al proponernos este año de la fe. Al
enseñarnos a valorar lo propuesto por el Concilio Ecuménico Vaticano II y al
hacer vida en nosotros el nombre de Cristianos.
No
es momento de tristeza, todo es posible para el que se abandona en las manos cálidas
del Amor de Dios. Para el que se sabe amado y redimido por su presencia
redentora. Benedicto XVI, nos lo ha enseñado muy bien.
Ya
saltarán a la palestra los detractores y adversos a las acciones de la Iglesia
en su representante el Papa. No temamos, no nos aminoremos, ya que Tú, Señor, preparas ante mí una mesa frente
a mis adversarios… tu vara y tu cayado me sosiegan…
Nos
ha dado muestra de ser un hombre de Dios, capaz de seguir dejándolo todo por su
amor, por su Iglesia. ¡Que coraje y valor! Ojala y yo tuviera la fuerza y
confianza en Dios de seguir dejándolo todo por Cristo.