Despertarme quiero, Señor. Despertarme
con el sonido de tu voz. Velar y estar atento, Señor, a tu llegada mi salvador.
Que despierte del letargo,
hay que despertar del sueño con tu voz. Que mis oídos estén atentos a tu
llegada de amor.
Mesías y Salvador de mi
alma, en vela te aguardo mi redentor. Con mis manos vacías de regalos, pero
marcados por las obras buenas de tu amor.
Tu misericordia quiero poner
en práctica, ser las manos que lleven y den de comer, los pies del mensajero
presto a llevar tu palabra, la sonrisa que alegre el corazón y el oído que
escuche en la tribulación.
En vela y trabajando por Ti;
así quiero esperarte mi Salvador. Dame la serena certeza de estar en tu
presencia y cumplir tu voluntad.