Un hecho
real y maravilloso, confirmado por miles de personas y que todos pueden todavía
hoy en día constatar es la aparición de la Santa Virgen ocurrida el 19 de
septiembre de 1846. Nuestra Madre se mostró como una hermosa Señora a dos niños
(...) sobre una montaña de los Alpes (...) para bien de Francia y del mundo
entero, y para advertirnos que la ira de su Divino Hijo crece contra los
hombres, especialmente por tres pecados: la blasfemia, la profanación del
domingo y de los días de fiestas y la trasgresión de las leyes de la
abstinencia. Varios hechos prodigiosos vinieron a confirmar esta aparición.
Hechos tomados de documentos públicos, comprobados por personas cuya sinceridad
excluye toda posibilidad de duda.
Hechos preciosos para consolidar a los
creyentes en su fidelidad a la religión y para refutar a quienes por ignorancia
quieren ponerle un límite al poder y a la misericordia de Dios, diciendo que se
terminó el tiempo de los milagros.
San Juan Bosco (1815-1888)
Aparición de la Bienaventurada Virgen en la montaña de La Salette, Turín 1875.
Aparición de la Bienaventurada Virgen en la montaña de La Salette, Turín 1875.