Hoy, la Iglesia universal entra en un tiempo de gracia y discernimiento: ha comenzado el Cónclave para la elección del nuevo Papa. Desde las primeras horas del día, los cardenales electores se han reunido en oración y recogimiento, invocando al Espíritu Santo para que ilumine sus corazones en una de las decisiones más trascendentales para la vida de la Iglesia: elegir al Sucesor de Pedro.
La Santa Misa: Pro Eligendo Pontifice. Este solemne momento ha sido precedido por la celebración de la Santa Misa “Pro Eligendo Pontifice”, es decir, por la elección del nuevo Papa. Esta liturgia, profundamente simbólica y cargada de fe, fue celebrada en la Basílica de San Pedro, presidida por el cardenal decano del Colegio Cardenalicio. En ella, toda la Iglesia se ha unido en oración pidiendo que el nuevo Pastor sea un hombre conforme al corazón de Dios, humilde, valiente, lleno de caridad y verdad.
La
liturgia de hoy no es simplemente un acto ceremonial; es el modo más auténtico
de comenzar un proceso enraizado en la fe. No se trata de una elección política
ni de una estrategia humana. El Cónclave es ante todo un espacio de escucha del Espíritu Santo,
donde cada cardenal se convierte en instrumento de Dios para el bien del Pueblo
Santo de Dios.
¿Qué es un Cónclave? El término cónclave viene del latín cum clave (“con llave”), y hace referencia al encierro de los cardenales en la Capilla Sixtina bajo estrictas normas de privacidad, sin comunicación con el exterior, para discernir y votar en libertad. Allí, bajo los frescos de Miguel Ángel que representan el Juicio Final y la Creación, cada uno de los cardenales deposita su voto, pero también su vida, su oración y su fidelidad a la Iglesia. Es un momento de gran responsabilidad espiritual y eclesial.
Un momento de comunión para todos.
Aunque no todos participamos físicamente en el Cónclave, todos los bautizados estamos invitados a acompañar este momento con nuestra oración, con nuestras Eucaristías, con el rezo del Rosario, con ayunos y ofrecimientos. La Iglesia es familia, y en los momentos importantes, la familia se une.
Recordemos
que el Papa no es solo una figura jerárquica, sino un padre, un pastor, un servidor de la comunión.
Su misión es confirmar a los hermanos en la fe, guiar la barca de Pedro en
medio de las tempestades del mundo y anunciar incansablemente la esperanza que
viene de Cristo.
“Tu eres Petrus” Cristo le dijo a Pedro: “Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia” (Mt 16,18). Cada elección papal es un acto de confianza en esta promesa del Señor. Jesús sigue guiando a su Iglesia. El Espíritu Santo no abandona a su Esposa. Y por eso, aunque el mundo mire con ojos de expectativa o de crítica, nosotros miramos con los ojos de la fe.
En
este día histórico, seamos
peregrinos de esperanza, como nos invita el Jubileo 2025.
Oremos con confianza, con alegría, y con la certeza de que el Señor ya prepara
el corazón de quien será el nuevo Sucesor de Pedro.