Es necesario que nos detengamos y pensemos en estas personas que por sus acciones se caracteriza y sobresalen entre tantos. Son los héroes, que se distinguen por sus hazañas o espíritu de sacrificio; estos hombres y mujeres que hoy en día se han visto disminuidos por causa de la falta de valores en nuestra sociedad.

Muy a menudo nos encontramos con personas, incluso familiares y amigos, que desprecian el concepto de héroe. Pero eso es lógico, nuestra sociedad se ha cimentado sobre unas bases que aborrecen los valores.

Ya no es común hablar de ellos, los hemos dejado atrapados en los libros, pero claro es natural, ya no existe el hábito de leer, resulta muy aburrido y tedioso.

Grandes escritores como Tolkien, Clive Staples Lewis, Garci Rodríguez de Montalvo, han resaltado las cualidades de estos creando personajes que saltan de la ficción a ser espejos de nuestro mundo tan real y con tanta falta de héroes.

Hoy en día la figura del héroe se ha quedado sumergida en lo ficticio y quedan solo como simple leyenda histórica en una sociedad tan laicista y consumista.

Hermanos démonos cuenta de que solo por la condición de ser Hijos de Dios, somos capaces de realizar la mayores heroicidades, no nos conformemos con imaginarnos en ser héroes, es necesario luchar por hacerlo realidad.

Fijémonos en tantas madres de familia que a diario luchan por sacar a sus hijos adelante, en padres de familia que batallan por un mejor futuro para sus hijos, en hijos e hijas huérfanos que no se estancan y luchan por una vida mejor aunque vallan en contra corriente, en el profesor que da lo mejor de sí para sus alumnos, en el bedel que se esfuerza por dejar todo tan limpio para el beneficio de los demás. Estos son los héroes que Dios necesita para transformar este mundo y hacer de el un lugar de amor, paz y felicidad. Imitemos a Cristo el mayor súper héroe que podamos tener. Dios los cuide, oren por mí.