Son muchas las Pascuas que
he vivido, muchas veces he cantado ¡Resucito! He llorado de la emoción y
brincado de la alegría. He diseñado tarjetas muy elegantes con frases
contundentes y colores atrayentes. Me he sentido transformado por la luz
Gloriosa del Resucitado. Pero en está pascua 2015, algo sucedió, algo
trascendental me pasó, que lleva por nombre “Mi Señor Jesús Resucitado”
Hablar de la Resurrección de
Mi Señor Jesús, es hablar de la transformación ontológica que gesta en nosotros
la alegría de esta realidad. Su luz hermosa disipa todo error y duda, restituye
la esperanza y nos devuelve la alegría de vivir en la libertad de los hijos de
Dios.
Hablar de resurrección, es
hablar de Cristianos que se aman, que se ayudan mutuamente, que se respetan,
que hacen bien su trabajo. Es decidir por la luz gozosa de la Verdad, es
decidir por el Bien Mayor, es decidir amar a todos en Cristo.
Debemos mostrar las heridas
gloriosas de mi Señor Jesús Resucitado que son muestras de caridad al prójimo.
Sirviendo y amando. Perdonando y amando.
No dudes en entrar en la luz
gozosa de la Resurrección, no es un cuento, no es una utopia, mucho menos una
fábula, es la realidad que transforma y renueva nuestro mundo, nuestro corazón.
Felices Fiestas de
Resurrección.