Palabras...
18:54Pero generalmente no actuamos así, comúnmente somos antitestimonio de nuestro hacedor. Abrimos la boca y como alcantarilla dejamos salir cualquier cantidad de palabras que como asido corroen cualquier corazón.
Usemos nuestras palabras para bendecir, agradecer y alabar. Que estas vallan acompañadas de obras que testimonien el amor de Cristo a nosotros. Hay quienes usan su vida para maldecir, herir y mentir.
Otros que durante su estadía junto a sus prójimos lanzan sus palabras como lámparas que iluminan el corazón y el camino de muchos, palabras que como señales de transito guían y llevan a buen camino.
Personas que aun en su lecho de muerte, te llaman y piden hablarte; y con un esfuerzo extenuante de dicen, con voz cansada pero segura: “Dios te bendiga”
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