Profesión de Fe, camino al Diaconado...

20:10

Hoy en la misa matutina del IV Domingo del tiempo de Cuaresma, junto a mis compañeros Alberto y David, hice la Profesión de Fe ante nuestro Obispo Auxiliar Mond. Ángel Francisco Caraballo Fermín.

Profesar la fe es la declaración “pública” o “delante de alguien” de los misterios cristianos a los cuales se adhiere la inteligencia y la persona entera. Tal se hace en el Bautismo de forma solemne (C.I.C. 189), en la Eucaristía cuando se recita el credo, en ocasiones solemnes como en la Liturgia Pascual o vivencia de algún Sacramento de iniciación cristiana y en las descritas en el Código de Derecho Canónico.

El Código de Derecho Canónico en el N° 833, dice: 

Tienen obligación de emitir personalmente la profesión de fe, según la fórmula aprobada por la Sede Apostólica:

1º. Ante el presidente o su delegado todos los que toman parte, con voto deliberativo o consultivo, en un Concilio Ecuménico o particular, sínodo de Obispos y sínodo diocesano; y el presidente ante el Concilio o sínodo;

2º. los que han sido promovidos a la dignidad cardenalicia, según los estatutos del sacro Colegio;

3º. ante el delegado por la Sede Apostólica, todos los que han sido promovidos al episcopado, y asimismo los que se equiparan al Obispo diocesano;

4º. el Administrador diocesano, ante el colegio de consultores;

5º. los Vicarios generales, Vicarios episcopales y Vicarios judiciales, ante el Obispo diocesano o un delegado suyo;

6º. los párrocos, el rector y los profesores de teología y filosofía en los seminarios, cuando comienzan a ejercer su cargo, ante el Ordinario del lugar o un delegado suyo; también los que van a recibir el orden del diaconado;

7º. el rector de una universidad eclesiástica o católica, cuando comienza a ejercer su cargo, ante el Gran Canciller o, en su defecto, ante el Ordinario del lugar o ante los delegados de los mismos; los profesores que dan clases sobre materias relacionadas con la fe o las costumbres en cualesquiera universidades, cuando comienzan a ejercer el cargo, ante el rector, si es sacerdote, o ante el Ordinario del lugar o ante sus delegados;

8º. los Superiores en los institutos religiosos y sociedades de vida apostólica clericales, según la norma de las constituciones.

Refiriéndose a la Profesión de Fe, R. Ficichela en el diccionario de Teología Cristiana, afirma que esta es “la fórmula que adopta una comunidad religiosa para que sea normativa de los contenidos de lo que cree. Se dan diferentes terminologías para expresar la misma realidad: en Oriente se utilizaron primero las palabras símbolo y homologia; en Occidente se habló de credo, símbolo y profesión”.

Una larga historia acompaña a la Profesión de Fe Cristiana; hunde sus raíces en el Nuevo Testamento, en el que se reconocen tres diversas estructuras de profesión de fe que se clasifican como: simples, estereotipadas y complejas. “Tú eres el Cristo” (MC 8,29), “Jesús es el Señor” (1 Cor 12,3) son las fórmulas primitivas simples, que se van ampliando sucesivamente y se hacen cada vez más complejas: “Confesarás con tu boca que Jesús es el Señor y creerás con tu corazón que Dios lo resucitó de entre los muertos” (Rom 10,9). Lo que es importante advertir para las profesiones de fe es que ponen siempre en el centro el acontecimiento de la muerte y resurrección del Señor (cf. Hch 2,23); a partir de aquí, se elaboraron las fórmulas trinitarias, como demuestra la conclusión del evangelio de Mateo: “bautizen en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo” (Mt 28,19).

A partir del siglo IV, y después de un largo camino histórico, la Iglesia conoce al menos dos símbolos oficiales: el romano y el niceno-constantinopolitano; (los que en algunos lugares llaman Credo corto y Credo largo), A lo largo de los siglos se multiplicaron las profesiones de fe; se encargaron de escribirlas las Iglesias particulares, algunos sínodos (Orange y Toledo), el concilio IV de Letrán y varios papas, a medida que lo exigían las circunstancias: Pío IV al concluir el concilio de Trento, Pío X contra el modernismo, Pablo VI al concluir el Año de la fe.

Como se ha dicho al inicio, en la actualidad, la profesión de fe se utiliza para expresar diversas funciones de la vida eclesial: la liturgia, la ortodoxia y la fidelidad de algunas personas llamadas a desempeñar un ministerio particular en la comunidad; sin embargo, no hemos de olvidar que manifiesta sobre todo la fe personal y eclesial en el Señor muerto y resucitado, centro de la fe y sentido de la existencia.

 

Cuento con tus oraciones…

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