Balanzas balanciadas...
19:53
Un campesino iba con frecuencia a la ciudad para
llevar a un panadero la manteca necesaria para la elaboración del pan, y por
cada kilo de manteca recibía un kilo de pan. Una vez. Tuvo el panadero la
curiosidad de comprobar cuánto pesaba la manteca que le acababan de entregar, y
descubrió que de la entrega última –cinco kilos- faltaba medio; así que pidió
explicaciones. El campesino, que estaba prevenido, contestó ya tranquilo:
-No sé qué decirle. Como en mi casa tengo balanzas,
pero sin pesas, me arreglo siempre poniendo en un platillo de la balanza el pan
que usted me da, y en el otro un peso igual de manteca.
Ni que decir
tiene que el panadero quedó avergonzado. Algo parecido va a ocurrir en el
Juicio. Dios hará como el campesino, pues el mismo Cristo ha dicho: Con la medida con que midiereis, seréis
medido (Mt 7,2).
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