Un sueño de Don Bosco Santo... Felíz día...
19:55Me sentí contento, pues me hubiese molestado marchar calzado sobre las rosas. Cuando comencé a caminar me percaté que las rosas escondían muchas espinas. Me sentí obligado a detenerme y enseguida me marché. Aquí se necesitan los zapatos, le dije a mi guía. Es cierto, me respondió, se necesitan buenos zapatos. Me calcé y me puse en marcha con otros compañeros que en ese momento habían llegado y me pidieron caminar conmigo.
Yo veía rosas por todos lados. Me había hincado no sólo las manos, todo el cuerpo me sangraba. Sin embargo animado por la Santa Virgen pude continuar mi camino. Los otros, que eran muchos, viéndome marchar sobre la pérgola decían: Qué manera la de don Bosco de caminar sobre las rosas, avanza tranquilamente, sin ningún problema. » Ellos no veían las espinas que me taladraban el cuerpo.
Muchos de los jóvenes abades, sacerdotes y seglares, que yo había invitado, me seguían alegres, atraído por la belleza de las rosas, pero cuando se percataron que precisaban marchar sobre las espinas comenzaron a gritar y se decían: « Hemos sido engañados.» Muchos se regresaron. Yo también lo hice para pedirles que volvieran, pero fue en vano. Entonces comencé a llorar y me preguntaba: « Será posible que me toque hacer sólo este penoso camino? Don Bosco |
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